La Diócesis de Orihuela-Alicante responde a la emergencia generada por la guerra en Ucrania volcándose en la acogida de familias
Las principales zonas de atención están siendo las grandes ciudades y las zonas más cercanas a la costa que es donde más comunidades ucranianas hay en la provincia

Desde que el pasado 26 de febrero Cáritas de Orihuela-Alicante acogiese a la primera familia refugiada ucraniana han sido continuas las peticiones de ayuda recibidas.
Hasta la fecha han sido 213 familias, 1.019 personas, mayoritariamente mujeres y niños, las que han sido apoyadas directamente por la Iglesia local de Orihuela-Alicante. Para ello, y en coordinación con oficinas de Pangea, concejalías de servicios sociales, Generalitat Valenciana, servicios sanitarios y otras organizaciones sociales, ha puesto en marcha una red de acogida y ayuda centrada principalmente en la red de Cáritas existente en las parroquias.
Las principales zonas de atención están siendo las grandes ciudades y las zonas más cercanas a la costa que es donde más comunidades ucranianas hay en la provincia
Y hasta el momento se han recaudado 125.000 € destinados íntegramente a apoyar la labor de Cáritas en Ucrania y los países fronterizos gracias a la campaña lanzada hace ya varias semanas desde la Diócesis de Orihuela-Alicante y que planteaba canalizar toda la ayuda a través de los números de cuenta que Cáritas Diocesana habilitaba para la ocasión.
Esta es la respuesta de la Diócesis y Obispado de Orihuela-Alicante que se ha encomendado y centralizado a través de su Cáritas Diocesana tras evaluar y analizar el protocolo de ayuda a activar desde el mismo instante en que dio comienzo el conflicto.
Llamada de Monseñor José Ignacio Munilla a la acogida y solidaridad
A través de diferentes medios, el propio obispo de Orihuela-Alicante, Monseñor Munilla, ha realizado un llamamiento a toda la Iglesia diocesana, a través de las comunidades parroquiales, a conocer familias o personas particulares dispuesta a acoger a familias en sus domicilios, así como personas que dispongan de viviendas vacías y que estén dispuestas a cederlas a familias ucranianas refugiadas.