La mayoría de países europeos ya ha suprimido el uso obligatorio del cubrebocas al aire libre. Este decreto no solo fue criticado por gran parte de los partidos políticos de la Cámara Baja por estar científicamente infundado, según dicen, sino que además, al introducir otros elementos a los que es difícil oponerse, como la subida de pensiones o la contratación de personal al sanitario, lo consideran un «chantaje».